Aunque finalmente ha pasado con más pena que gloria, hoy 31 de Mayo
supuestamente era el ‘Quit
Facebook Day‘, es decir el ‘Día de Dejar Facebook’, una
iniciativa que había surgido como protesta frente a cómo manejaba Facebook la
privacidad de sus usuarios y lo difícil que era configurar muchas de sus
opciones, aunque recientemente las
simplificase. A día de hoy contaba con 30583 inscritos, que aunque
no es un mal dato, la población de una ciudad pequeña por ejemplo,
apenas es un arañazo en los casi 500 millones de usuarios con los que
cuenta la red social. No es que me parezca mal que alguien quiera
dejar Facebook por el mejor o peor control de la
privacidad que pueda hacer, todo lo contrario, sin embargo creo que se
ha confundido, y mucho, la herramienta con el propósito. Es decir, que
crear la iniciativa como mera protesta simbólica, algo parecido a lo que
hay para no entrar a la red en
todo el día 6 de Junio, resulta positivo tanto para usuarios como
para la gente de Facebook que se percatan de las
exigencias y toman medidas para arreglarlo. Pero abandonar la red social
de manera fulminante porque no te gusta cómo se gestiona la privacidad
ya es entrar en matices totalmente distintos.
Hay guías muy buenas, como
esta de Blogoff, en internet que explican paso por
paso cómo evitar que tus datos queden más expuestos de lo deseable,
desde información que compartimos con las aplicaciones a el indexado de
nuestro perfil en Google.
Cuando digo que me parece una tontería dejar Facebook
por el tema de la privacidad lo digo porque desde ya, por absurdo que
suene y con mayor o peor usabilidad, puede configurarse para no
compartir absolutamente nada con nadie, ni siquiera con
tus amigos más íntimos, otra cosa es que sepas cómo hacerlo. También
me parece interesante el tratamiento que les damos a los ‘amigos’, una
vez me dijeron: ‘Eres más falso que un amigo de Facebook‘
y la verdad es que llevaba toda la razón del mundo. ¿De quién es la
culpa entonces? ¿De la red social, de la herramienta, o
del usuario que tiene tropecientos amigos y comparte datos e
información sin cuidado ninguno? Personalmente en mi cuenta tengo pocos
amigos y a todos los conozco en persona, desde familiares hasta amigos
cercanos, basta con restringir que esos amigos puedan compartir con
otros tu información y evitar que Google indexe tu
perfil, por ejemplo, para crear que un microentorno cerrado que a mí por
lo menos me parece lo suficientemente seguro. Una red social es
una herramienta, nada más, depende del uso que le des.
Con un martillo puede hacer un bonito mueble o partirle la cara a
alguien. Para mí Facebook supone un pequeño rincón
privado donde comparto cosas que me gustan con gente cercana a mí, creo
que es así cómo debería entenderse, más que agregar a gente que o no
conoces en persona o que viste una vez en un campamento de verano o
compartiste clase durante un curso por aquello de ‘tenerlo en el
Facebook’, sin más. Por otro lado uso mi cuenta de Twitter (@carlosrebato) que sí es
mucho más pública y donde si comparto y me relaciono con mucha más
gente. ¿Qué opináis vosotros? ¿Problema de la herramienta o del usuario?
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